¡Gracias mamá!

THANK YOU MUMMY

Me he pasado casi toda la vida “peleada” con mi madre… Rosatina, la Iaia Rosa o la sexadolescente… -como le gusta referirse a ella misma- hasta el día que me di cuenta que era un espejo en el que me veía reflejada. Lo que no me gustaba de ella era porque existía dentro de mí.

Pero ¿sabes? Nací en Londres porque salieron huyendo de la dictadura franquista. Mi alternativa hubiera sido venir al mundo en una cárcel o seguramente ni siquiera estaría hoy aquí. Y luego me crió como madre y padre cuando Tata Ricardo se volvió a Argentina. Tela…

Así que, a principios del año 2020, tras unas constelaciones familiares donde acabé poniéndome involuntariamente en su piel me mandaron deberes: un regalo para ella para darle las gracias por cada año de vida. Decidí que fuera una postal con un poema, lo que a ella le gusta para su cumpleaños. Uno cada día… Sí, así es, durante 45 días seguidos cumplí. Ya era hora, ¿verdad?

Poco después, me pilló el estado de alarma de camino a Japón, en su época más popular por su preciosa, rosada y efímera flor de cerezo, pero con todas las cancelaciones de mi propia agencia de viajes a la vista, me di media vuelta porque allí no podía hacer nada y quería estar cerca de mis hijas y especialmente de mi madre, que además es población de riesgo, por su edad y su asma. Nada más llegar, le di mascarillas que tenía todavía de uno de mis últimos viajes.

Como llegó abril con mi cumpleaños número 46 confinada por la cuarentena, eché mano a todo lo que tenía en mi chibi piso “vecino” al suyo: cartulinas, pegatinas, rotuladores o tijeras y le entregué una postal casera con mi primer haiku de cosecha propia:

Sakura inminente

Cerezo en flor

El corazón de Rosa

En Japón, más que felicitar el Día de la Madre, se le agradece algo que solo ella puede hacer.

¡Gracias mamá por haberme dado la vida!

¡Kâchan! ¡Arigatô!

Alessandra Moura (Chii) desde Málaga, mayo 2020.

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¿Cuál es tu chibi rutina? Ésta es la mía

¿CUÁL ES TU CHIBI RUTINA? ÉSTA ES LA MÍA

Cuando leí el post de Kirai sobre la rutina que llevaba tras tres semanas de cuarentena voluntaria y pedía consejos de qué hacer, pensé, voy a ver yo.

De primeras, hiciera lo que hiciera de día (por lo general dormir) a las seis de la tarde me ponía la alarma para hacer una media hora de meditación y así a las siete la chibi charla en directo por el Facebook de portaljapon. Al séptimo día, me dio un bajón y me quedé durmiendo y desconectada un par de días. El desánimo y la situación me pesaba.

Pasadas las tres semanas sin rutina ninguna, empiezo a activarme un poco y pensar en qué quiero hacer, porque no soy de rutinas, más bien lo contrario, anti rutinas, anti normas. Estrictas, con horarios. Y propone mucha gente muchas cosas, pero que a mí no me sirven. Así que voy a ver qué necesito y qué quiero yo. Si alguna de mis ideas te sirve, cógela.

Lo digo porque es como con el trabajo, hay gente que necesita un horario concreto para cumplirlo y después olvidarse, pero si mi mejor horario que me cunde es desde las 7 – 8 de la tarde, especialmente desde las 11 en adelante hasta la madrugada, a mí un trabajo matutino, acaba conmigo, no me sirve. Así que yo tengo localizado mi mejor horario, en el que soy más productiva y efectiva, con el silencio de la noche, soy nocturna, vampira, ¿y tú?

Lo complicado es tener un trabajo diurno siendo nocturno o tener uno de noche cuando funcionas mejor de día, ¿verdad?

Yo no puedo seguir ciertos horarios o de diario, mis tareas son semanales, por ejemplo.

Solo he conseguido cumplir una rutina, nada más levantarme, beber un vaso de agua y ahora integraré el de la noche, antes de irme a dormir. Para estar hidratada y así evitar mis jaquecas. Voy de una en una y así quizá consiga integrarlas todas.

También hay que tener en cuenta que llevo más de veinte años con teletrabajo desde casa, organizándome yo todo lo que hago, criando a dos hijas y ya me conozco en ese sentido. Sin duda creo que no puedo con una rutina como tal se entiende, que me obliguen a un horario concreto, día concreto, trabajo específico, o repetir una cosa una y otra vez. Necesito movimiento y creatividad, cosas nuevas. Pero esto es como ser diurno o nocturno, rutinario o creativo, ser funcionario o autónomo, estar en casa o salir, tratar con gente o no, todo está bien. Creo que lo ideal es encontrar el equilibrio entre los dos puntos, el que uno quiera, claro. Con el que me sienta bien, ¿y tú?

Si llevo toda la vida haciendo de un modo algo, también a veces cambio y pruebo. Ahora por ejemplo pruebo ciertas rutinas, las mías, pero rutinas al fin y al cabo. Estoy aprendiendo a comer y en consecuencia a cocinar, algo que nunca me ha gustado.

Si no estoy a gusto con algo, aunque no sepa porqué, simplemente cambio y pruebo otra cosa. Soy de las que sé lo que no quiero y no me gusta, pero de este modo encuentro muchas veces lo que quiero hacer.

Lo ideal para mí:

  • Cuando me levanto, me bebo un vaso de agua.
  • Según el día o semana, me peso y apunto que tal empiezo la mañana.
  • Desayuno fruta en ayunas.
  • Bailo un rato, me pongo mi música favorita y biodanza, o sea, bailo como me da la gana. Muse, Gothic Dolls, Dirty Dancing, de los chakras así tribales, etc.
  • Hago media hora de ejercicio recordando la Wii Fit si no la tengo.
  • Me ducho.
  • Quizá desayuno alguna tostada con aceite o similar.
  • Hago una hora de meditación.
  • Picoteo variado. Escribo, trabajo o no sé. Según. Salgo a la calle, hago la compra, limpieza, veo a gente, según día.
  • En principio debería almorzar algo.
  • Siesta, un par de horas o tres.
  • Debería merendar algo.
  • Trabajo por la tarde noche.
  • Paro un rato para cenar.
  • Socializo. Hablo con gente, redes sociales, veo series, leo libros.
  • Seguramente siga trabajando o escribiendo o dibujando o estudiando.
  • Antes de dormir, me tomo mi vaso de agua.
  • Duermo entre 9 y 12 horas.

Mi horario habitual, cuando me molaba, era levantarme a las 12 de la mañana e irme a dormir a las 3 de la madrugada. Simplemente con el horario algo movido, comparando con los demás. Me tomo los lunes y viernes como descanso, por el hecho de que a la mayoría odia el lunes y yo lo cojo estupendamente porque decido descansar tras trabajar un domingo un rato.

Mis ejercicios más desglosados:

  • Mínimo media hora. Primer día comienzo con 5-10 minutos, claro. O una hora.
  • Me pongo el aceite celulítico y la malla faja del decathlon.
  • Corro entre 10 y 30 minutos, en el sitio, lo mejor para mis piernas.
  • Hago 5-10 minutos de hullahop, para la cintura.
  • Hago 5-10 minutos de boxeo, para los brazos.
  • Hago 5-10 minutos de bicicleta para mis piernas, en el suelo hacia arriba.
  • Hago 5-10 minutos de abdominales, estirada en el suelo mantengo las piernas suspendidas en el aire.
  • Varios movimientos de sonrisa invertida para tonificar la papada.
  • Un minuto de relax y descanso.
  • A veces me peso, y así veo el antes y después y lo que es más efectivo. Cuando estoy de análisis de efectividad de ejercicio y comida.

Para mi meditación (a veces en otro orden o más reducido):

  • Preparo mi santuario: vela, incienso, música. Según chakra quiera equilibrar. Me pongo ropa del color que corresponda también.
  • Chi kung para reunir la energía. Siempre los tres movimientos yin de lluvia energética, empuje de la montaña (para alejar lo que no quiero y darle las gracias) y apertura de corazón y garganta para sentir la energía entre mis manos. A veces lo completo con el de transición de karunesh, el del corazón. Y los tres movimientos yang de águila, grulla y movimiento de energía. Cuando ya siento el cosquillo en mis manos, la energía, sigo con lo siguiente.
  • Me siento, activo los chakras de mis manos.
  • Digo los principios del chibi reiki.
  • Me abro el aura con movimientos parecidos al de lluvia energética.
  • Convoco a mi chibi guía. Pongo las manos en gasshô de Takayama. Como para dar las gracias de namasté, pero en triángulo. Para no juntar las palmas que están conectadas con energía.
  • Dibujo, como mínimo, el símbolo de chokurei (para el poder, bienestar y salud) en las dos palmas. Y según día el de seiheki (equilibrio emocional), honsashesonen (distancia, tiempo) o el koriki (poder de la felicidad).
  • Una vez dejo mis manos sobre las rodillas, con las palmas hacia arriba, siento y decido si hacer el protocolo entero, punto por punto, o si necesito mis manos en alguna parte en concreto de mi cuerpo. O con mi caja para mandar reiki a alguien.
  • Cuando siento que ya he terminado, me cierro el aura de abajo hacia arriba.
  • Sello la energía con un chokurei en mi estómago, tercer chakra de emociones.
  • Recito el agradecimiento a mi chibi guía.
  • Me levanto despacito y relajada y hago actividades acorde a mi estado.

Chibi Reiki

Lo ideal es nada más levantarse, o durante la meditación y antes de acostarse. Lo he adaptado para que sea primera persona, presente y positivo, importación del coaching.

Sólo por hoy me ocupo y soy feliz.

Sólo por hoy vivo plenamente.

Sólo por hoy soy agradecida.

Sólo por hoy trabajo con honestidad.

Sólo por hoy soy amable conmigo y contigo.

Sólo por hoy me almo y me acepto completamente.

Sólo por hoy.

Mi modo de llamar a mi chibi guía:

Chii, me entrego a ti como herramienta de sanación.

Soy el canal de tu voluntad.

Recibo tu luz.

Y para cerrar mi meditación:

Chii, gracias por permitirme ser una herramienta de sanación

Y ser el canal de tu voluntad.

Gracias por recibir tu luz.

A veces canto, lo que me sale o lo que he creado para el chokurei:

Soy puro poder

Soy puro poder

Pura medicina

Pura medicina

Medicina Poderosa

Medicina Sanadora… soy yo… y tú.

Otras cosas que hago (según feng shui, medio ambiente, costumbres, etc):

  • Tapo los desagües para que no llegue la mala energía (especialmente baños).
  • No uso papel higiénico, sino bidé, jabón íntimo, toalla.
  • Tengo mi casa según feng shui y colores en cada zona.
  • Abro las ventanas para que haya corriente varias veces al día mientras no estoy en la habitación o salón.
  • Tengo una pequeña bolsa para los desechos orgánicos.
  • Tengo la papelera de plástico y papel separado.
  • Voy reduciendo cuanto más puedo el plástico llevando siempre mi mochila, bolsas de tela, algunas grandes y otras pequeñas para la fruta, elijo productos que no tengan plástico, champú y jabón sólido. Cosas en envases de cristal.
  • Me descalzo en la entrada para dejar los zapatos y cambiarme a las zapatillas para que no entre la porquería en casa, como los japoneses.
  • Mantengo ordenado, casi al momento, mi pisito ya que es pequeñito.
  • Tras la ducha y lavarme bien la cara también con jabón especial o lava del volcán coreano Jeju. Me pongo la crema facial anti manchas XX. Crema coreana para las manos y codos del buhó azul. Aceite de aloe vera del mercadona para piernas y cuerpo. Esencia de jazmín o colonia de moras para el cuello. Me falta el de las grietas para los pies.

Cosas que me faltan y me gustaría, pero aún no sé cómo integrarlos:

  • Escanear los folletos y regalarlos o tirarlos al conteneder de papel.
  • Donar o vender libros, objetos, revistas que ya no leo o uso desde hace años.
  • Estudiar o repasar un poco japonés, coaching, reiki, para integrarlo más aún.
  • Dibujar lo que veo en mis visualizaciones aparte de escribirlo.
  • Tocar un rato cada día mi handpan.
  • Cantar y/o escribir canciones propias.
  • Tomarme las gotas de flores de bach que me dio la consteladora unas cinco veces al día. Se me olvida siempre.

Alessandra Moura (Chii)

www.portaljapon.com

Escrito en abril 2020, a punto de cumplir 46 años, durante la cuarentena por el coronavirus.

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